Hábitos saludables para mejorar tu calidad de vida

 

El ritmo frenético de nuestra vida muchas veces hace que pasemos por alto necesidades básicas, como es mantener una alimentación equilibrada, hacer ejercicio de forma regular o relajarnos como debemos, especialmente porque una vida ajetreada suele provocar estrés, ansiedad e incluso insomnio. Estos hábitos saludables te vendrán de perlas para mejorar tu calidad de vida, aumentar tu bienestar, sentirte mejor contigo mismo y encarar el día con más energía.

Cocinar en casa más a menudo

Trata de hacer un hábito de cocinar en casa la mayoría de las noches, en lugar de comer fuera. Por un lado, es más fácil para tu presupuesto, y por otro, al cocinar tu comida tú mismo, sabrás exactamente lo que hay en ella.

No tendrás que preguntarte sobre ningún ingrediente oculto no saludable o de altas calorías. Además, al cocinar grandes porciones, también tendrá sobras para el día siguiente, asegurando así una comida saludable. Por último, se ha demostrado que cocinar en casa reduce el riesgo de un aumento excesivo de peso, especialmente entre los niños.

Ser más activo

La buena nutrición y el ejercicio a menudo van de la mano. Se ha demostrado que el ejercicio mejora el estado de ánimo y disminuye los sentimientos de depresión, ansiedad y estrés. Estos son los sentimientos exactos que más probablemente contribuyan a los atracones emocionales y a los atracones.

Además de fortalecer sus músculos y huesos, el ejercicio puede ayudarle a perder peso, aumentar sus niveles de energía, reducir el riesgo de enfermedades crónicas y mejorar su sueño. Intente hacer unos 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada a alta todos los días, o simplemente suba las escaleras y dé pequeños paseos siempre que sea posible.

Reemplace sus bebidas azucaradas por agua sin azúcar o con gas

Las bebidas azucaradas podrían ser posiblemente la cosa más insalubre que puedas beber. Están cargadas de azúcar líquida, que se ha relacionado con numerosas enfermedades, incluyendo enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes tipo 2. Además, tu cerebro no registra las calorías líquidas de la misma manera que registra las calorías sólidas. Esto significa que no se compensan las calorías que se beben comiendo menos.

Un refresco azucarado de 17 onzas (500 ml) puede contener unas 210 calorías. Intenta reemplazar tu bebida azucarada con una alternativa sin azúcar o simplemente elige un refresco sin gas o con gas natural. Al hacerlo, se reducirán las calorías extras y el exceso de azúcar y calorías.

Manténgase alejado de los alimentos "dietéticos".


Los llamados "alimentos dietéticos" pueden ser muy engañosos. Normalmente se ha reducido drásticamente su contenido de grasa y a menudo son etiquetados como "sin grasa", "bajos en grasa", "reducidos en grasa" o "bajos en calorías".

Sin embargo, para compensar la pérdida de sabor y textura que la grasa proporcionó, a menudo se añade azúcar y otros ingredientes. Por lo tanto, muchos alimentos dietéticos terminan conteniendo más azúcar y a veces incluso más calorías que sus homólogos llenos de grasa. En su lugar, opte por alimentos integrales como frutas y verduras.

Duerma bien por la noche

No se puede exagerar la importancia de un buen sueño. La privación de sueño perturba la regulación del apetito, lo que a menudo conduce a un aumento del apetito, lo que se traduce en un mayor consumo de calorías y un aumento de peso. De hecho, las personas que duermen poco tienden a pesar mucho más que las que duermen lo suficiente.

La falta de sueño también afecta negativamente a la concentración, la productividad, el rendimiento deportivo, el metabolismo de la glucosa y la función inmunitaria. Además, aumenta el riesgo de padecer varias enfermedades, incluidas las inflamatorias y las cardíacas. Por lo tanto, es importante tratar de obtener cantidades adecuadas de sueño de buena calidad, preferentemente en un solo combate.

Coma bayas frescas en lugar de secas


Las bayas son muy saludables y están llenas de nutrientes, fibra y antioxidantes. La mayoría de las variedades se pueden comprar frescas, congeladas o secas. Aunque todos los tipos son relativamente saludables, las variedades secas son una fuente mucho más concentrada de calorías y azúcar, ya que se ha eliminado toda el agua.

Una porción de 3,5 onzas (100 gramos) de bayas frescas o congeladas contiene de 32 a 35 calorías, mientras que 3,5 onzas de fresas secas contienen la friolera de 396 calorías. Las variedades secas también suelen estar cubiertas de azúcar, lo que aumenta aún más el contenido de azúcar. Si opta por las variedades frescas, obtendrá un refrigerio mucho más jugoso, con menos azúcar y muchas menos calorías.

Bebe tu café negro

El café, que es una de las bebidas más populares del mundo, es muy saludable. De hecho, es una fuente importante de antioxidantes y se ha relacionado con muchos beneficios para la salud, como un menor riesgo de diabetes, deterioro mental y enfermedades hepáticas.

Sin embargo, muchas variedades comerciales de café contienen muchos ingredientes adicionales, como azúcar, jarabe, crema pesada, edulcorantes y leche. Muchas de estas bebidas son prácticamente postres en una taza. Beber estas variedades rápidamente anula todos los beneficios del café para la salud y en su lugar añade muchas calorías y azúcar no deseadas. En su lugar, intente beber su café negro o simplemente añadir una pequeña cantidad de leche o crema y evite endulzarlo.

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