Cómo disimular tics nerviosos al jugar al póker



El póker no es un juego de cartas cualquiera, de hecho, ha sido catalogado entre los llamados deportes mentales. Esto debido a la particular combinación de conocimientos y habilidades prácticas que requiere.

Un buen jugador de póker necesita, no solo conocer las reglas del juego, más concretamente de la variante de póker en que incursiona, también, requiere conocimientos que van desde las matemáticas básicas y probabilidades, pasando por teoría de juegos y estrategia, hasta la psicología.

Además, debe alcanzar un buen conocimiento interpersonal y un sólido dominio de sus propias emociones.

 Aquella famosa frase de “mantener cara de póker”, no es un adorno del juego, es un elemento crucial de la estrategia de este emocionante juego, donde, por otra parte, a veces se arriesgan sumas importantes de dinero.

Esto es así, sencillamente, porque el póker es un juego de competencia, que combina el azar y la técnica para el desarrollo de estrategias. Las cuales incluyen el manejo de posibles escenarios y, también, el engaño o, como se denomina en el argot de este juego, los faroles.

Se dedica todo un bagaje técnico y experiencia, para predecir el juego de los adversarios y desarrollar el propio sin que los otros logren descubrir tus debilidades e intenciones.

En este sentido, es fundamental saber leer el flujo de las cartas y las probabilidades detrás de cada mano, así como leer el lenguaje corporal de tus oponentes. Así mismo, evitar que tus oponentes logren derivar algo útil de tu propio lenguaje corporal.

Por tanto, si quieres ser un jugador de póker exitoso, debes ser capaz de controlar tus emociones, tu lenguaje corporal y, más aún, evitar cualquier tic nervioso.

El lenguaje corporal y el póker

Si queremos simplificar el juego de póker en términos de las disciplinas que apuntalas el juego, sin duda debemos señalar a las matemáticas y a la psicología.

De hecho, hay estudios que tratan de establecer la relación de los aportes de cada una de estas disciplinas en las distintas etapas de un juego de póker.

Señalando, por ejemplo, que las matemáticas, incluida la teoría de probabilidades, son el elemento determinante antes del flop o preflop, en un juego de Texas Hold´em. Obviamente, al inicio del juego la varianza es más alta y se requiere un manejo determinante de las matemáticas.

Sin embargo, no es así durante las fases posteriores en el proceso de exponer las cartas comunitarias, como durante el propio flop, en el turn o en el river, donde el peso mayor recae en lo psicológico.

Entendiendo lo psicológico como el esfuerzo que hará cada jugador por tratar de leer el estado emocional del contrario ¿Se nota ansioso? ¿Confiado? ¿Preocupado o nervioso?

Al mismo tiempo, tratarás de dificultar esa lectura de tus emociones por parte de tus adversarios. Unas emociones e intenciones que se pueden detectar analizando tu lenguaje corporal.

Los tics nerviosos: una desastrosa evidencia

En el marco de lo anterior, no hay duda de que la peor delación de tus emociones en el lenguaje corporal son los tics nerviosos.

Se trata de movimientos corporales involuntarios, tipo espasmos, incluida la emisión de sonidos, que se disparan como respuesta a un estado de ansiedad, estrés o nerviosismo.

Si tratas de hacer pasar un farol y el estrés te hace temblar un ojo, agitar una pierna o cualquier otro movimiento involuntario, hay una alta probabilidad de que tu adversario lo perciba y te descubra.

Cómo alcanzar el control

El objetivo es alcanzar la cara de póker y, más allá, un control emocional y corporal completo. Tal como detalla el siempre acertado portal de la esfera pública AquiNoticias, el clave mejorar tu lenguaje no verbal en el póker.

Esto implica lograr una serie de actitudes que incluyen una alta confianza en ti mismo y una gran capacidad de relajación.

Para lo cual es fundamental el estudio y la práctica constante del póker, a fin de alcanzar un adecuado dominio técnico del juego. Lo cual redundará en elevar tu confianza y seguridad.

De igual forma, es vital aprender que en el póker el azar tiene un valor importante y que, por tanto, el ganar y el perder entran en la varianza normal del juego. En consecuencia, debes estar preparado para perder, lo cual reducirá tu ansiedad y aumentara tu autocontrol.

Así mismo, desarrolla tu propia rutina para relajarte antes de una partida importante y lograr un adecuado nivel de concentración.

Si el problema es serio, no dudes en acudir a expertos. Ten en cuenta que, incluso, grandes jugadores llegan a contratar entrenadores expertos en lenguaje corporal o no verbal, para que los ayuden a corregir sus tics nerviosos o controlar su lenguaje corporal general.

Finalmente, mientras logras controlar tus tics nerviosos, puedes optar por disfrazarlo. Por ejemplo, si cuando temes ser descubierto o tienes una mala mano, tiendes a parpadear, sonríe. Esto orientará a tu oponente en el sentido contrario de lo que realmente indica el tic.

Claro que, para algunos tipos de tics o expresiones de lenguaje corporal, es fácil optar por esconderlos, como son todos aquellos relacionados con la vista o los ojos. De ahí la costumbre de algunos jugadores de utilizar lentes de sol.

La reversión o inversión del hábito

Esta es una terapia recomendada para abordar la superación de los tics nerviosos, la cual parte de tomar conciencia del tic, qué lo dispara y cómo se expresa.

Luego, debes desarrollar una rutina de relajación muscular, ensayos mentales de control y movimientos incompatibles con el tic en particular o lo que se llama respuesta competitiva.

En el caso concreto del póker, tal como te señalé con anterioridad, la idea es desarrollar una respuesta competitiva que despiste a tu adversario.

En todo caso, con terapia, poco a poco y en la medida en que hagas más consciente el problema, lo iras superando, de hecho, esta terapia tiene un nivel de éxito que ronda el 80%.

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